TRES NUEVAS CAMINATAS
En el último mes no ha sido posible patear con frecuencia en la Gomera debido al mal tiempo. Muchos días ventosos, otros con calima o mucho sol. Lo que han faltado han sido días de lluvia, precisamente lo que hace que el monte esté como un polvorín y no me mueva a disfrutarlo de ese modo.
Aún así he hecho algunas escapadas. Un primer pateo de Vallehermoso a la cañada de las Creces, subiendo por el barranco del Ingenio hasta los Loros, para tomar el camino que desde aquí lleva a Corgo pasando por la meseta. Una vez alcanzada la cañada de las Creces nos acercamos a las Hayas por la pista forestal para regresar por el barranco hasta la carretera dorsal, totalizando 15 kilómetros y 20.000 pasos.
Otro recorrido partió del mismo lugar subiendo también por el barranco del Ingenio hasta abandonarlo en la presa de la Encantadora para dirigirme por el lugar de Ambrosio hasta Cruz de Tierno y bajar por el Roque Cano. 12 kilómetros y 18.000 pasos.
Por último hice un pateo desde los altos de Hermigua, cerca del arranque de la pista del Rejo, por el barranco de la Madera, hasta el Cedro para seguir por el Reventón Oscuro, la Zarcita, el mirador de los roques de Agando, el mirador de Tajaqué, los Noruegos, el cruce de Pajaritos, Contadero, la Laguna Grande, el embalse del barranco del Agua llamado presa de Cabecita, el lomo del Cercado y Chipude, donde para subir a la plaza que era mi destino final hay un regalito de propina que es una rampa con una pendiente del 15% ó más de unos 200 metros de longitud que te saca la lengua para echarte la cervecita fresca al llegar al restaurante de la Plaza, junto a la ermita de la Virgen de Candelaria. En total, 20 kilómetros y 30.000 pasos.
En este último recorrido pude apreciar una notable mejoría en el bosque debido a los alisios y la lluvia horizontal. Si te fijas bien en algunas imágenes puede apreciarse el suelo mojado por la misma hasta el punto de embarrarme el calzado, lo que no me ocurría desde hace bastante tiempo.
También puede apreciarse en otras fotos el contraste entre cerrajas (sonchus oleraceus) y helechos calcinados por la sequía en zonas más expuestas al sol y otras cerrajas y laureles llorando de alegría tras atrapar el agua de la nube arrastrada por el alisio que, por cierto, me acompañó en casi todo el espléndido paseo.
De las tres caminatas te ofrezco sesenta fotos seleccionadas y dos vídeos en un pase de unos cinco minutos. ¡Disfrútalas!