Brezo

Vamos a continuar con el tercero, entre los diez arboles seleccionados, que me he propuesto dar a conocer, pues ya hemos estudiado el acebiño o aceviño (ilex canariensis) y el barbuzano o barbusano (apollonias barbujana). 

Hoy nos vamos a referir al BREZO (Erica canariensis). Se trata de una especie que podemos observar como árbol, arbolillo o arbusto, dependiendo del sustrato y de la situación ecológica en la que se encuentre, pues se distribuye entre los 300 y los 1.200 o más metros de altitud. Muy ramificado, frondoso, siempre verde y de porte muy variable. En los bosques cerrados hay ejemplares de 10-15 m, e incluso de 20 m de altura. En general, su corteza es parda y fibrosa y, al madurar, se desprende en tiras alargadas y finas. Las ramillas jóvenes están cubiertas de pelos desiguales que tienen un aspecto blanquecino. 

Las hojas son simples, lampiñas, rígidas, finas y muy estrechas (lineales), en forma de acícula corta y con los bordes revueltos hacia el envés, de manera que parece que tienen un surco en la cara inferior. Miden 3-8 mm de longitud y 1-2 mm de anchura y se disponen, en las ramillas, en grupos de 3 ó 4, como si fueran las aspas de un ventilador. Las flores son hermafroditas, blanquecinas, o a veces ligeramente sonrosadas, muy pequeñas (hasta de 3 mm de longitud) y con el rabillo bastante más largo. Crecen en vistosos grupos terminales, de forma piramidal, tienen forma de campanita cerrada y estrecha, y, cuando maduran, los estambres permanecen en el interior. Los frutos son unas cápsulas muy pequeñas, apenas de 2 mm, que se abren en 4 valvas o partes. Contienen unas semillas minúsculas (0,5 mm) y finamente estriadas. Puede confundirse con su congénere, el tejo canario (Erica platycodon), pero las hojas del brezo son más finas y enrolladas, y se disponen, apretadamente, sobre las ramillas erectas. Además, el color de sus flores lo delata definitivamente, pues las del tejo son de un rosado rojizo intenso.

A menudo, los brezos se hacen dominantes y se agrupan en extensas formaciones, llamadas brezales, o bien aparecen asociados a la faya (Myrica faya), en la comunidad conocida como fayal-brezal. Pero, además, el brezo es un gran colonizador de terrenos degradados de la laurisilva. 

 

Ha supuesto, hasta tiempos muy recientes, el soporte más utilizado en las islas, para sostener los sarmientos de los viñedos, con horquetillas, y para el soporte de los plantones de las plataneras. La madera de brezo es la leña que más se busca, para el hogar y para el carbón de las fraguas. Es, también, apropiada para labrar cucharitas y otros utensilios de palo. Sus flores suministran abundante miel a las abejas.

Aporto la ficha del arbol de la web http://www.floradecanarias.com/

en la que se puede apreciar la florecilla de este abundantísimo árbol o arbusto en el parque nacional Garajonay.