Seis cortas y bellas caminatas
Los Aceviños pista del cura (4 kms)
2. Vallehermoso Meseta, ida y vuelta (circular) (15 kms)
8/6/2021
Desde el pasado 28 de abril ha habido unas cuantas caminatas por el monte gomero, es decir, el parque nacional Garajonay, lo que pasa es que no he tenido ganas de ponerme a relatarlas ni enviarlas a los amigos, pero me acabo de animar. Vamos allá:
1.- Un pequeño paseo de no más de 4 kms partiendo de los Acebiños hasta el punto en que la pista del cura nos permite visualizar, en toda su amplitud, el valle de Hermigua y volver al punto de partida. Una caminata breve pero muy coqueta, que permite saborear numerosos ejemplares de toda la flora arbórea del parque, además de los encantos del propio caserío con su triple flora (forestal, agrícola y ornamental).
2.- El mismo día, algo más tarde, subí de Vallehermoso, por el barranco del Ingenio y Los Loros hasta la pista de la Meseta, atravesándola, en toda su extensión, hasta la GM-2, para bajar por el camino de Macayo hasta el pueblo de partida. Unos 15 kms aproximadamente con unos 450 m de desnivel.
3. Mirador Barranquillos, Raso la Bruma, la Meseta, Epina y vuelta (circular) (15 kms)
4. Aceviños, Chorro Cedro por camino, Mimbreras, vuelta por pista forestal (circular) (15 kms)
3.- Partiendo del mirador de los Barranquillos, algo más arriba de Acardese (Arure), crucé un camino, llaneando todo el tiempo, en las proximidades de las carreteras GM-1 y GM-2, para llegar a la cañada de Jorge, atravesarla, subir al Raso de la Bruma y bajar por los Risquillos de Corgo, hasta la pista de la meseta, a la misma altura que en la caminata anterior de esta crónica, y cruzarla hasta el final, pero en lugar de bajar a Macayo, subir por un hermoso camino que nace en el mismo punto, o muy próximo, de la GM-2 que lo hace el de Macayo, y que, en este caso, nos lleva hasta Epina, para pasar por los Chorros, la ermita de San Isidro y subir hasta el palo que salta y la cordillera de Epina, desde la cual, atravesando tres cañadas sucesivas, se emerge nuevamente en el mirador de los Barranquillos de Alojera, dando por terminada la caminata. Aproximadamente 15 kms, también, y 400 m de desnivel, primero hacia abajo y vueltos a subir.
4.- Partiendo del pueblo de los Aceviños, tomé el bellísimo sendero que transcurre entre este pueblo y el campamento del Cedro, desde cuyas proximidades también se puede divisar el valle de Hermigua, pero en este caso, a diferencia de la primera caminata de la presente crónica, desde lo alto del Chorro del Cedro y la presa de los Tiles.
Del Chorro del Cedro y el campamento, después de hacer las fotos de rigor al mencionado pueblo de Hermigua, a los patos y las ovejas, además de escuchar el incesante ladrido de la media docena de perros que vigilan y circundan una finca privada, en estas inmediaciones ubicada, eso sí, todos ellos a buen recaudo, sólo que amenizan, habitualmente, la visita, con una música no siempre bien acompasada, se continúa por un camino que va paralelo al barranco hasta la ermita de Lourdes, en las proximidades de la pista forestal El Cedro-Meriga, que en esta ocasión sirvió para realizar la vuelta por un entorno que recrea la totalidad de la flora del parque con abundantes laureles, follaos, viñátigos, acebiños, brezos, hayas, helechos y demás… generando una sinfonía de formas, colores, luces -en la medida que el sol lo permite- y sombras -en la medida que la arboleda no lo impide- que hacen del camino una auténtica gozada, cercenando, de raíz, cualquier atisbo de cansancio. La distancia recorrida también rondó los 15 kms. Desnivel 200 m.
5. Las Creces Las Hayas, ida y vuelta (circular) (5 kms)
6. Vallehermoso Cruz de Tierno, ida y vuelta (circular) (13 kms)
5.- Otro breve, pero hermosísimo paseo, es el que desde el punto de la carretera GM-2, muy próximo al Raso de la Bruma, en el que nace el sendero al jardín y la cañada de las Creces, visita primero el jardín, que en este momento, aún, muestra los geranios silvestres en flor, aunque ya empiezan a marchitarse (se encontraban en su apogeo hacia mediados de mayo), para continuar, por la cañada, hasta el punto en que el camino se bifurca en dos, un sendero en dirección a Arure y otro hacia Las Hayas, tomando este último, para, en las proximidades del pueblo, regresar por la pista forestal de tierra que une la GM-2 con Las Hayas, pasando por el corazón de un pequeño incendio que afectó unas cuantas hectáreas de esta zona del monte el pasado agosto de 2020. No pasa de los 5 kms este pequeño anillo, dentro del corazón del parque. Pero no hay ni un centímetro desperdiciado.
6.- Y para culminar esta crónica, hago referencia a la ruta que el Club de caminantes y montañeros la Taparucha, encuadrado en la Federación Canaria de Montañismo, organizó el pasado domingo 6 de junio. Se trataba de una caminata de nivel medio, a la que acudieron unos 30 senderistas, y que, partiendo de Vallehermoso subió por el barranco de Garabato, hasta el Teón y Cruz de Tierno. Tras refrescar, en el bar restaurante Roque Blanco, situado en estas inmediaciones, la bajada por el sendero del Roque Cano, hasta Vallehermoso, nos habría de llevar, unas 4 horas más tarde, al punto de partida, eso sí, después de haber recorrido unos 13 kms y haber subido y bajado unos 450 metros, aproximadamente.
Las vistas de la Meseta y la cordillera de Epina, Teselinde y demás cumbres de Vallehermoso hasta el Valle Bajo y la playa del pueblo, tanto en la subida como, sobre todo, en la bajada, pusieron el broche al encuentro con la flora del parque en la pequeña extensión recorrida del mismo, haciendo las delicias del día el maravilloso tiempo cubierto que acompañó la actividad.