Tres bellas caminatas por Sobre Agulo
Las Rosas, Lomo Dinero, Meriga, Serpa, La Palmita, Las Rosas
2. Las Rosas, Lomo Dinero, Quebradón, Cruz Tierno, Amulahuique
3. Las Rosas, Juego Bolas, Abrante, El Roquillo, Las Rosas
12/2/2021
En varios días pasados ha habido amenaza de lluvia, de modo que no he podido estructurar caminatas muy largas. Así que he hecho unas cuantas cortas, a través de los montes que circundan los caseríos de Las Rosas, La Palmita, Serpa y Meriga, incluyendo los dos arboretos, el de este último caserío y el que se encuentra en el centro de visitantes del Parque Nacional Garajonay, ubicado en las inmediaciones de Juego de Bolas, entre Las Rosas y La Palmita y en el arranque, por una parte, de la carretera secundaria que desde este lugar conduce a la Laguna Grande, y, por otra, de la pista que nos lleva hasta los caseríos de La Palmita, Serpa, Meriga, Los Aceviños y El Cedro.
Así pues, uno de estos días me dirigí, de el Tanquito, a través del lomo que separa los barrancos de Las Rosas y La Palmita, desde el cual se observa, a un lado, la presa de Raso Volteado, con el parque circundante -vertiente noroccidental-; y, al otro, la inmensidad del parque, en torno a Los Acebiños y El Cedro -vertiente nororiental-, hasta el arboreto de Meriga, en cuya entrada experimenté uno de los percances que más habitualmente amenazan a los caminantes, aparte las caídas.
Proyecto de restauración tras el incendio de 2012
Este caserío debe tener, aproximadamente, una docena de viviendas habitadas, no creo que más, y otras cuantas viviendas rurales, para alquiler; y, en una de esas viviendas, habitualmente, me salen al paso y me saludan, con alegría, dos perrillos satos, que no paran de ladrar, cada vez que paso, como es propio de este tipo de perros, que suelen ser muy ladradores y poco mordedores, aunque quizás en este punto me pueda equivocar. Casi siempre, los sorteo, apartándome un poco de ellos, o, bien con un grito o un par de patadas en el suelo. Así que, con la costumbre, entré completamente relajado. Pero, este domingo hubo novedad: aparte los dos habituales había un tercero, de algo más corpulencia que los conocidos, y, mientras trataba de sortearlos, a todos, al unísono, el desconocido me bordeó por la grupa y me pegó una mordida nimia en el tobillo.
En muchos años caminando, haber sufrido esta única mordedura, y cosa de un mes antes, en la misma zona, un gran ataque de un huracán de viento que me obligó a asirme a un anclaje, primero, y buscar un vehículo para llegar a casa, después; así como dos caídas por resbalón, sin mayor repercusión, son gajes del oficio que hay que asumir, todos ellos, y procurar que no se repitan.
Así pues, continué mi caminata hasta el arboreto, desde donde, tras tomar fotos diversas, regresé por el caserío de Serpa y La Palmita, hasta Juego de Bolas y El Tanquito, con un recorrido de 12 kms, un ascenso de unos 300 m y casi 20.000 pasos.
Otro día alcancé el Raso del Quebradón, a través del mismo lomo que separa las cuencas de La Palmita y Las Rosas, pasando por el mirador del lomo del dinero y bajando hasta Cruz de Tierno y la presa de Amulahuique (unos 10 kms y 300 metros de ascenso).
Y un día más, partiendo del Tanquito y pasando por Juego de Bolas, me dirigí hasta el mirador de Abrante, desde el que se divisa el pueblo de Agulo. El camino transcurre, hasta el mirador mencionado, justo por encima de la pista asfaltada que, también, conduce a este pintoresco mirador. En todo este recorrido se va apreciando el barranco de La Palmita, así como la inmensidad del parque Garajonay en su vertiente nororiental (montes de Los Aceviños y El Cedro), los altos de Agulo y la isla de Tenerife, al fondo, que, curiosamente, en estos días nos mostraba el Teide, nevado, en magnitud decreciente, a medida que el solajero derretía la blancura.
Desde el propio mirador de Abrante, en uno de sus márgenes, continúa el camino conocido con el nombre de Los Pasos, hasta Agulo. Pero yo no continué por esa bajada.Yo tiré, a partir de Abrante, por otra ruta, que cambia hacia la vertiente de Las Rosas y efectúa una buena bajada hasta, justo, encima de la carretera general, GM-1, en su trayecto entre Agulo y Las Rosas, en un punto en que se desdobla, el sendero, para dirigirse a Agulo, a mano derecha, bajando, o a Las Rosas, a mano izquierda, subiendo. En esta época se encontraba cerrado, en este cruce, el acceso a Agulo por el Roquillo, debido a desprendimientos que habían tenido lugar por la lluvia. Este problema, no obstante, ha sido resuelto, y en ocasiones posteriores he podido realizar el tránsito por este sendero hasta el mismo pueblo de Agulo.
Así pues, en la jornada que nos ocupa, continué el ascenso hasta la Tagora y Las Rosas, disfrutando del monte bajo y de unas impresionantes vistas, a medida que nos acercamos al caserío; y, sorteando, por uno de sus márgenes y por la parte superior, un impresionante risco basáltico que en este recorrido descuella hasta la mencionada carretera general GM-1.
Superado este escollo basáltico, se alcanza una especie de atalaya en la que el camino se desdobla en tres vías posibles. Pues yo las he explorado las tres, y vale la pena hacerlo, una conduce hasta La Tagora, el barrio más bajo del caserío de Las Rosas, una segunda nos lleva hasta la carretera que desde la GM-1 se dirige hasta Juego de Bolas, en su tercio inferior; y la tercera desemboca en la misma carretera, pero casi, casi, en Juego de Bolas, propiamente dicho. Utilizando cualquiera de ellas, el recorrido, con punto de partida y de llegada en El Tanquito, alcanza, aproximadamente, los 10 u 11 kms, 300 m de ascenso y unos 12.000 ó 13.000 pasos.
En las rutas relatadas obtuve numerosas imágenes. Muestro algunas seleccionadas. No se me ocurrió fotografiar al perro. Mejor así, creo.